Con heridas en el alma y por todo el cuerpo,
empiezo a ver con más claridad el camino que me lleva adelante.
Y lo cierto, es que las semanas pasan y yo descubro que estoy mejor sin él. Me siento mucho mejor con él fuera de mi vida, me siento más persona, más viva. Porque lo nuestro se convirtió en un apocalipsis al final, y eso no me hacía nada bien, me estaba destrozando por completo. Me duele un montón reconocerlo, porque es la persona que más quiero y quise (de momento). Pero que me abandonara totalmente después de que yo intentara suicidarme por su culpa, y que no respondiera mis llamadas y mensajes de auxilio me hizo verle de manera disinta. No es así la persona que yo quiero a mi lado. Ni siquiera se interesó por saber si yo estaba bien, si estaba viva aún. Y sigue sin interesarle, ahora mismo yo podría estar muerta, podría haberme vuelto a abrir las muñecas o cualquier otro acto suicida, que el ni se hubiera enterado. Prefiere dejarlo así, y yo también. Que siga bien con su vida, yo se la hubiera complicado, y el hubiera acabado con la mia. Ninguno de los dos nos mereciamos, ni para bien ni para mal.